De calas a arenales kilométricos, pasando por ensenadas, playas nudistas, urbanas o vírgenes. La oferta playera de Cádiz es tan amplia como lo son sus 260 kilómetros de costa, de los que 138 corresponden a playas. En total, 83 arenales que harán las delicias no sólo de los amantes del sol y el mar, sino también de aquellos que quieren disfrutar de la familia, la tranquilidad, la naturaleza o el deporte. Y si la variedad de los arenales está garantizada, lo mismo sucede con la calidad. Así lo demuestran las 29 playas que en 2017 obtuvieron “Bandera Azul” y que convierten a Cádiz en la provincia andaluza con mayor número de estos distintivos. En definitiva, todo tiene cabida en la costa gaditana, conocida también como Costa de la Luz por las 3.000 horas de sol que cada año la iluminan.
Con esta multitud de posibilidades, la dificultad estriba en muchas ocasiones en saber qué playa elegir. Para que la elección sea más sencilla, y aún cuando ninguna opción será desafortunada, no hay cómo saber qué gustos se tienen para dar con el arenal adecuado.
Así, los amantes de la naturaleza tienen mucho donde elegir. Y es que en Cádiz es frecuente que el mar se tope con la montaña, con paisajes de bosques y marismas que confieren gran belleza a sus arenales. Ejemplo de playa muy natural es Punta Candor, a las afueras de Rota, que se encuentra rodeada por dunas y por el parque natural de Alamadraba. Lo mismo sucede con la de El Castillo o de Camposoto, en San Fernando, ubicada en el Parque Nacional de la Bahía de Cádiz, que, aunque tiene zonas para todos los gustos –con chiringuitos y bullicio- cuenta también con un paisaje único y singular como es la Punta del Boquerón, junto al castillo de Sancti Petri. En este entorno se encuentra la playa de Sancti Petri, desde la que es posible llegar al castillo del mismo nombre en kayak o incluso a pie o a nado si la marea está baja.
Por su parte, la playa de Bolonia, en Tarifa, tiene en su enorme duna y en sus pinares su punto de distinción. Un enclave que todavía logra más magia al colindar con las ruinas de la ciudad romana de Baela Claudio, que se conservan en bastante buen estado y que convierten a Bolonia en una playa única y en una de las más visitadas de la provincia. La naturaleza prima también en la playa virgen de Levante (El Puerto de Santa María), enclavada en el Parque Natural de la Bahía de Cádiz, en la zona conocida como los Toruños. Igual ocurre con la inmensa El Palmar (Vejer de la Frontera). Sus ocho kilómetros de fina arena dorada garantizan la tranquilidad a los bañistas que la frecuentan, que encontrarán en las puestas de sol otro de los atractivos indudables de esta playa. A pesar de no estar urbanizada, cuenta con numerosos servicios, por lo que también es ideal para ir con niños.
En los Caños de Meca (Barbate), el frondoso pinar del Parque Natural de la Breña llega hasta el mar, en donde las playas se convierten en un edén de aguas cristalinas a los pies de impresionantes acantilados. Especialmente pintoresca es la de la Cortina o los Chorros, a la que se llega después de cruzar un dificultoso tramo de acantilados de roca caliza y en la que sorprende la cascada de agua dulce que cae directamente a esta cala, abriéndose paso entre la vegetación. En este mismo municipio se encuentran la playa del Faro de Trafalgar; una de las más aisladas de la provincia y célebre por la famosa batalla contra los ingleses; y la de la Yerbabuena, con unas impresionantes vistas a los acantilados del parque natural. Y un regalo de la naturaleza es también la playa de Camarón (Chipiona) que, a pesar de estar totalmente equipada, consigue preservar el cordón dunar que la delimita. En este hábitat vive un camaleón autóctono, sobre el que se pueden conocer más detalles en el Centro de Interpretación ubicado en la misma playa.
Aquellos que busquen perderse en pequeñas calas, en Cádiz también encontrarán su escondite perfecto. Las más conocidas son las de Conil de la Frontera, siendo las de Roche –o Poniente- las más espectaculares, al situarse bajo unos impresionantes acantilados de gran belleza. La intimidad está garantizada asimismo en la playa de la Micaela (Chipiona), una calita desde la que se aprecia el imponente faro de la localidad –el más alto de España y el tercero de Europa- y, al otro lado, las primeras estribaciones de Doñana (Huelva). En el Parque Natural del Estrecho, la playa de Arroyo Cañuelo, en Zahara de los Atunes, es un remanso de tranquilidad, ya que la presencia humana es escasa, posiblemente porque la única forma de llegar hasta ella es caminando desde el faro Camarinal. También en Zahara se encuentra la cala de los Alemanes. En los Caños de Meca, destaca la pequeña y bella cala del Varadero o Marisucia, así como las tranquilas calas de Los Castillejos.
Además de la naturaleza, la playa es una buena opción para coleccionar momentos inolvidables con los seres queridos. Por ello, si lo que le gusta es disfrutar de la playa en familia, evidentemente cualquier playa de la costa gaditana podría ser una buena opción, pero encontrará un ambiente especialmente familiar en arenales como el de La Barrosa (Chiclana), que con sus 14 kilómetros de longitud es, además, uno de los más limpios de toda Europa, y en la playa de Zahora (Barbate), donde los niños podrán bañarse en la piscina natural que se forma en la zona del Sajorami cuando la marea está baja. La playa de Valdelagrana (El Puerto de Santa María) es también ideal para ir en familia, al igual que el fabuloso arenal de Zahara de los Atunes y la playa de Regla (Chipiona), situada junto al santuario del mismo nombre. En los Caños de Meca (Barbate), la playa del Pirata es la más recomendable para que las familias disfruten de una jornada en la orilla del mar.
Para los “urbanitas” que no quieren renunciar al mar y la arena, la ciudad de Cádiz cuenta con la playa de la Victoria, considerada una de las mejores playas urbanas de España, pero también con la singular “La Caleta”, situada en pleno casco histórico. En esta playa, de cuyas aguas emerge Halle Berry en una escena de la película “Muere otro día” -de la saga de James Bond-, contemplar el atardecer es un regalo para la vista. Al margen de la capital, y aunque existen numerosas playas urbanizadas y totalmente equipadas con multitud de servicios, destaca la playa de “La Costilla”, en Rota, ubicada en la propia ciudad, y también los arenales de Bajo de Guía y el de La Calzada –ambos en Sanlúcar de Barrameda-. En esta última playa celebran cada agosto las famosas Carreras de Caballos, una de las actividades ecuestres más antiguas de Europa, declarada Bien de Interés Turístico Internacional.
Tablas y cometas
Las playas de Cádiz son también un paraíso para la práctica de actividades deportivas. Así, Tarifa es sinónimo de surf y casi todos sus arenales cuentan con instalaciones convenientes para practicarlo. Sus magníficas playas de Valdevaqueros y los Lances son punto de encuentro tanto del viento de Levante como del Poniente, lo que las convierte en el escenario ideal -junto a la playa de Bolonia- para hacer windsurf, paddle-surf y kite-surf, cuyas cometas confieren un peculiar colorido a estos arenales, en los que también es muy popular la pesca submarina. Quizá menos concurridas por los amantes de estos deportes pero igualmente idóneas para su práctica son las playas de Conil de la Frontera y, en particular,la de los Bateles.
Los arenales de Valdelagrana y El Palmar (ambas en El Puerto de Santa María) y la de la Yerbabuena (Barbate) reúnen asimismo las condiciones ideales para el surf, mientras que la de la Cortadura, en la ciudad de Cádiz, es especialmente recomendable para iniciarse en la práctica de este deporte.
Pero, aunque Cádiz cuenta con hasta 29 playas “surferas”, no todo es viento y olas en la costa gaditana. El kayak es uno de los pasatiempos preferidos en la playa de Sancti Petri (Chiclana), en la que se puede disfrutar de una ruta guiada por el caño y las marismas e incluso acercarse hasta el castillo del mismo nombre. Este deporte también es muy popular en las marismas de la playa de los Caños de Meca (Barbate). Este último lugar, así como todo el entorno de Trafalgar, es considerado una de las mejores zonas de España para practicar submarinismo o pesca submarina, al ser un enclave muy próximo al Estrecho de Gibraltar, donde hay muchas corrientes marinas con una gran vida acuática. En este sentido, también Punta Paloma (Tarifa) es ideal para el submarinismo y el snorkel, puesto que a su maravilloso fondo marino se une la existencia incluso de barcos hundidos.
Y si se habla de playas, no hay que olvidar a los bañistas que prefieren disfrutarlas sin ropa. Muchos de los extensos arenales de Cádiz cuentan con zonas en las que la práctica del nudismo es habitual. Así ocurre, por ejemplo, con la playa de Bolonia, en Tarifa, considerada como una de las mejores de España para practicar nudismo. Los amantes del naturismo suelen situarse en la zona conocida como El Chorrito. También en la playa de Punta Candor (Rota) existe una zona acotada para los bañistas que optan por esta modalidad, al igual que ocurre en los arenales de Levante (El Puerto de Santa María), Campo Soto (San Fernando) y la Mangueta (Barbate), entre otras. La playa de los Castillejos de Los Caños de Meca (Barbate), formada por pequeñas calas, es una de las mejores de la provincia para los nudistas. Es, además, uno de los lugares por excelencia del movimiento hippie en Cádiz. Por último, las calas de Conil de la Frontera, son también una excelente opción. Así, la cala del Tío Juan Medina es expresamente nudista, si bien es también frecuentada por textiles. La cala del Aceite es una de las preferidas por los amantes del naturismo, que también frecuentan las calas de Levante –Melchor, Los Pitones, El Sudario o El Quinto-.
Y además de sol, arena y mar…
Algunas playas gaditanas ofrecen la posibilidad de disfrutar más allá del propio arenal o del entorno natural en el que éste se encuentra. Ocurre en la playa Bolonia, con las ruinas de la ciudad romana de Baela Claudio y sucede también en la playa de los Corrales de Rota, un arenal urbano que, cuando baja la marea, deja ver sus corrales de pesca, unas construcciones antiguas –se desconoce si son herencia romana, fenicia o árabe- utilizadas para pescar de forma sencilla y que han sido declarados el primer Monumento Nacional de Andalucía. También Chipiona conserva este original sistema de pesca en varias de sus playas.
Y otro de los atractivos de buena parte de los arenales gaditanos es el atardecer. En la Costa de la Luz, debido al llamado efecto Raileigh, el sol se convierte en una bola roja incandescente que se hunde lentamente en el mar, ofreciendo una puesta de sol inolvidable. La playa de la Caleta, en la capital, o la de Sancti Petri son algunos de los muchos lugares en los que la despedida diaria del sol se convierte en un auténtico espectáculo. Fuera ya de las playas pero aún en la costa, cruzar la Bahía de Cádiz en barco puede ser otra magnífica experiencia, disfrutando del paseo por mar entre la capital y El Puerto de Santa María o Rota. En la zona del Estrecho, también es posible embarcarse para avistar los delfines y ballenas que surcan estas aguas.
En definitiva, la provincia de Cádiz ofrece playas para todos los gustos. Para los que aprecian el sol, el mar y la arena. Para los aficionados al deporte. Para los amantes de la naturaleza. Para los que gustan de tomarse algo en un chiringuito al lado de la playa. Para los que buscan parajes casi vírgenes. Para los que quieren aguas tranquilas. Para los que no. Para los que quieren disfrutar de todo ello sin necesidad de llevar ropa… Para todos ellos, hay una playa adecuada. Y, lo que casi es mejor, hay 300 días de sol al año para poder disfrutarlas en todo su esplendor. Sin duda, toda una oportunidad que no se puede dejar escapar.